Bienestar físico, mental y emocional
Cuando hablamos de llevar un estilo de vida natural, es necesario ser conscientes que eso solo es
posible con un enfoque holístico de nuestro bienestar, es decir, un equilibrio de cuerpo, mente y
espíritu.
¿Pero cómo conseguir esto?
Ya hemos hablado sobre cómo cuidar nuestro cuerpo a partir de la alimentación y el deporte para
tener una buena salud. En este artículo hablaremos sobre qué hábitos podemos cultivar para trabajar en nuestro
equilibrio mental y emocional.
Mente y emociones:
Nuestra mente es un río de pensamientos cuya corriente baja con fuerza de forma ininterrumpida. Si alguna vez has
intentado poner la mente en blanco sabrás que es prácticamente imposible. Nuestro cerebro está constantemente
analizando e interpretando todo lo que vemos, viajando al pasado o imaginando futuros escenarios.
Por otra parte, la mayor parte de pensamientos son idénticos al día anterior. Y muchos de estos, negativos. Estos
pensamientos se forman como consecuencia de nuestra interpretación de la realidad, que está distorsionada por el
filtro con el que vemos el mundo: nuestras creencias, experiencias, educación, entorno, etc. Finalmente, el apego
hacia esos pensamientos desagradables hace que se transformen en sufrimiento y en emociones “negativas”. Igualmente,
interpretaciones que consideramos buenas de la realidad forman pensamientos positivos y en consecuencia, emociones
placenteras.
¿Cómo podemos entrenar nuestra mente para que genere pensamientos sanos y reducir nuestro desgaste psicológico?
¿Cómo aprender a gestionar nuestras emociones?
A continuación te presentamos varios trucos que te ayudarán a mejorar tu salud mental y emocional.
Visualización: nuestro cerebro no distingue entre qué es realidad y
qué no. Cuando imaginas algo que quieres conseguir, se iluminan las mismas áreas del cerebro que cuando realmente lo
consigues. Desde el punto de vista de la percepción biológica de la realidad, sí sabe distinguir cuándo se encuentra
en un entorno ficticio y cuándo está en uno real. Es la respuesta cerebral a esos estímulos la que no es capaz de ver
la diferencia. Por lo tanto, podemos visualizar nuestros objetivos cumplidos para que se generen las mismas
sensaciones que si se cumpliesen de verdad. Así nuestro cerebro creerá que eso ya ha ocurrido y por lo tanto habrá más
predisposición a que ocurra de verdad. Por lo tanto, podemos usar este truco para visualizar momentos (ya sean pasados
o futuros) que nos generen sensaciones y emociones agradables.
Cuestiónate: ¿Eres consciente de tu realidad? ¿Te preguntas si estás donde
quieres estar? ¿Vives acorde a tus valores? ¿Te conoces en profundidad? Cuestionarte y analizar tu presente es
importante para ver en qué punto te encuentras y marcarte objetivos futuros. Sin ese trabajo de introspección, lo más
seguro es que vivas en piloto automático sin saber exactamente hacia dónde vas, simplemente sobreviviendo.
Conecta con la naturaleza:
resérvate pequeños momentos para estar cerca de la naturaleza. Vivimos rodeados de hormigón, al contrario que
nuestros antepasados que vivían integrados en el medio natural. Poco a poco, nos hemos desconectado de nuestro entorno
ecológico y hemos terminado en un mundo artificial. Se ha comprobado que pasar tiempo en el campo, pasear por un
bosque o parque o hacer cualquier actividad al aire libre mejora nuestra salud física, mental y emocional.
Cuida tu diálogo interno: nos hablamos constantemente y a menudo somos
demasiado duros con nosotros mismos. Observa tus pensamientos, haz un esfuerzo para tomar conciencia cuando has
entrado en una rueda de pensamientos negativos y vuelve al presente para pararlos. Tus emociones mejorarán si aprendes
a controlarlos. Meditar te puede ayudar. Al mismo tiempo, intenta comprender tus emociones.
Pregúntate cuál es esa emoción que sientes. Ponle nombre. Pregúntate por qué la sientes y acéptala, sabiendo que no
está para quedarse. Todo pasa.
Construye relaciones sanas: Rodéate de personas que contribuyan a tu
crecimiento personal y a tu bienestar emocional y mental. A veces nos empeñamos en mantener relaciones que nos aportan
malas vibraciones y nos frenan. Aléjate de relaciones tóxicas. Conseguir eso es desarrollar sabiduría emocional, saber
qué es bueno y qué no para tu equilibrio emocional y paz interior.
Busca tu propósito: Más allá del momento presente, de este preciso instante en
el que lees estas líneas, no existe nada más. Aún así, los humanos necesitamos darle sentido a lo que hacemos, aspirar
a una vida feliz y hacer cosas que nos llenen. Encontrar un propósito es vital para conseguir eso. Puede ser un
trabajo vocacional, conseguir un estilo de vida alineado con tus valores o dedicar tu tiempo a algo primordial en tu
vida y que le de más sentido. Esa búsqueda, empieza por el autoconocimiento y a partir de ahí puedes emprender este
viaje hacia tu propósito planificando acciones que te lleven por ese camino.
Descansa adecuadamente: Un buen descanso reparador es fundamental para afrontar en día con energía. Cuida tu dormitorio rodeando de productos naturales que favorecen tu descanso.
Conseguir bienestar y equilibrio mental y emocional no es algo que ocurre de la noche a la mañana. Hay que poner
atención en todas las facetas de tu vida y hacer un ejercicio consciente de qué queremos mantener porque nos hace bien
y qué queremos cambiar.
¿Quieres empezar hoy ese camino?