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Las almohadas son los elementos de nuestro equipo de descanso que se ocupan de mantener recta la columna vertebral, obligando al cuello a relajarse. Su misión no es otra que evitar tensiones musculares. Una buena almohada natural ayuda a combatir el estrés y proporciona un sueño plácido y continuo.
Para elegir bien una almohada debemos analizar el modo en que dormimos. No es lo mismo dormir decúbito supino (boca arriba), decúbito lateral (de lado) o decúbito prono (boca abajo).
En cualquier caso, debemos buscar la almohada que facilite el mismo ángulo entre cervicales y dorsales que tenemos al estar de pie. Es decir, que la almohada rellene el hueco del cuello alineando la columna vertebral. De este modo, podemos realizar la siguiente asociación:
• Decúbito supino: almohada fina.
• Decúbito lateral (sobre un hombro): almohada gruesa (el grosor varia según la anchura de los hombros).
• Decúbito prono: almohada fina (aunque no es recomendable dormir en esta postura porque modificamos la curvatura lumbar).
• Varias posiciones: almohada de alto grado de flexibilidad.
Una vez sabemos qué tipo de almohada es la más recomendable en función de nuestra postura nocturna, podemos ahondar en el tipo de relleno de la misma.
Una buena almohada natural puede estar hecha de muchas formas, pero las fibras más comunes en su confección son el algodón orgánico, la lana virgen, el látex natural y las cáscaras de trigo de espelta. Veamos a continuación sus principales características:
• Almohada de algodón orgánico: es una alternativa natural de la más alta calidad para un descanso saludable. Estas almohadas no tienen productos químicos en su composición y el algodón se procesa sin productos tóxicos. Respirar sustancias tóxicas emitidas por almohadas sintéticas puede ser perjudicial para la salud. Ofrece un soporte firme y con una altura media, es duradera, aunque con el tiempo se va prensando y endureciendo quedando una almohada fina.
• Almohada de lana virgen: es suave gracias al aire que la lana guarda entre sus fibras, antialérgica y antiácaros, neutralizadora frente a cargas electroestáticas y favorecedora del sueño.
• Almohada de copos de látex natural: muy elástica con un suave rebote que ayuda a la relajación muscular. Se puede ajustar fácilmente en altura para satisfacer las preferencias individuales añadiendo o reduciendo el relleno. Ayuda a prevenir la alergia al moho. Adecuado para las personas que sufren de alergias. Totalmente lavable.
• Almohada de cáscara de trigo de espelta: la espelta es un cereal que ya se cultivaba en los tiempos del antiguo Egipto. Tiene un alto contenido en ácido silícico que fortalece los tejidos y el sistema inmunitario y potencia la circulación en general. Además, dan sensación de frescor en verano y de calidez en invierno. Puede ser adecuada tanto para personas que duerman decúbito supino, lateral o prono.
• Almohada de crin de caballo: rellena con 800 gr de crin de caballo, es especialmente elástica y blanda. La crin de caballo crea una excelente microclima y equilibra magníficamente la humedad por lo que es muy adecuada para personas que sufren de sudoración excesiva. Además, al ser lavable en su totalidad, puede llegar a tener una vida útil superior a los 20 años. Dispone de funda de algodón orgánico. Tiene una altura de 11 cm.
• Almohada de una pieza de látex natural: perfecto equilibrio entre flexibilidad y transpiración. Su vida útil es muy larga, duran más tiempo sin deformarse. Este tipo de almohada favorece una mejor posición cervical y aporta más comodidad durante la noche. Además, su estructura celular abierta favorece la ventilación.
Finalmente, una buena almohada natural debe tener una funda de algodón orgánico que se pueda lavar a máquina. La almohadas naturales deben airearse de vez en cuando para que las fibras naturales mantengan su propiedades el mayor tiempo posible. Para ver todos los modelos de almohadas naturales puedes pinchar aquí.
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